Lo imposible
se cuelga por las habitaciones,
parpadea,
guiña un ojo
e íntimamente
sueña con ser realidad.
Nada de lo que ocurre
queda dentro
de los parámetros de lo soñado,
la idea y los acontecimientos
viajan por carriles distintos
y si se topan
los creemos milagros.
La sincronía de los sucesos
parece ya escrita,
en tiempos de esplendor
creemos ser
organizadores de nuestro mundo.
Los gatillos se sueltan
y quedamos atrapados
en nuestras circunstancias
que frágilmente
mantienen una coherencia
de sol y sombras
con esos días consecutivos
que gotean
y amontonan vacíos
de donde nunca salimos.
AOC:2022