domingo, 28 de agosto de 2016

Ulama





Por tanto tiempo
uno se guarda demasiadas preguntas
para quien no las puede oir
reafirmando esa vieja manera
de predecir la noche.

Paulatinamente los ruidos
colorean la inmensidad
de los espacios del silencio
y le dan un aire
de cuerpo sonoro
donde los ascensores
en su sube y baja,
y peldaño a peldaño
destruyen el heroismo
de las escaleras.

El vacío persigue a mi sombra
con su arsenal de cosas no dichas
y esa carga de desilusión
que van dejando los años.

La huella permanente de la rutina
da ese pulso parecido a la vida
como la huella minúscula
de una oruga.

Antonia Obiol y C ® 2016
Gráfica: Elizabeth Allie // Dylan Lisle //Louis Icart



domingo, 21 de agosto de 2016

Parcialidades





Esta ciudad
se inunda, se rebalsa
en un lodo que se amasa con llanto
como si el vértigo
fuera dueño de nuestras almas vencidas
y las lanzara
a lo más hondo de la vida.

En los cordones de calles
el remordimiento vive
se agita, escarba,
mientras lo irremediable
muerde, socava,
va minando los cimientos
y acunando dolor.

En alguna parte
queda el recuerdo
del pueblo que hemos sido,
pero la indiferencia
adopta esa apariencia de inmortalidad
contemplada sólo
por ese sol del ocaso
y un cementerio
de lunas olvidadas.

AOC.2016

Gráfica: Sam Hyen Kim // Julien Malland // Daniel Danger



domingo, 14 de agosto de 2016

Pactos






Solo puedo darte
lo que esta vivo en mí,
trasciende el pensamiento,
las palabras,
es apenas, una zambullida temeraria
en la experiencia de la unión.

No niego
que también suelo ser
un acorde falso
de una vieja sinfonía,
o un siniestro espejo
en un bosque de símbolos,
un loco que hace piruetas
en las tinieblas del camino.

No me abandones a mi suerte
porque ahí muerdo,
reparto dolores e insultos,
no dejo de pertenecer
a esa profetica tribu
de pupilas ardientes
 y sólo  puedo darte
un vaso de tristeza.

AOC.2016

Gráfica: Irene Sheri // Justina Kopania // Khoa Le


domingo, 7 de agosto de 2016

Desprecio




Algún amor cantarino
debe gobernar a esas algas
que como pelillos danzarines
bailan en el fondo
de un mar poco profundo.

Algún espíritu bien intencionado
debe guiar a los melanocetos
en su territorio abisal,
algún absurdo capricho
mantiene al mar vivo
pese al plastico, la caca,
los relaves y la insanía
de esta raza pequeña
e indiferente.

Hijos del aire tóxico
de la comida genéticamente alterada,
de las aguas sucias, de la codicia,
gordos de abundancia y basura
y ciegos al otro extremo
de famélicos y abandonados.


AOC.2016

Gráfica Zitronenradio // Stanislav Sidorov // Shuwei Liu