El racimo de miedo
cuelga sus gotas
en un escapulario largo
como un cable
a un estanque de oxigeno
que alimenta las metódicas palpitaciones
de un corazón cansado.
La vejez destila sus olores
por los pasillos intransigentes
de un mundo sin imaginarios futuros.
El unísono consonante y silencioso de décadas
y el eco que perdura
sugieren que el mundo
es un espacio sonoro y vibrante
en el que nada se pierde
ni desaparece...
AOC.®2021
Gráfica: Vicente Romero Redondo // Ambrose McEvoy
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