El pulso de la vida
rebota en un son distinto
a mis latidos.
Sumergida en aguas profundas
siento el eco
respirando lento, pausado,
lejano
en la reverberancia
de un desierto
caliente y solitario.
Y al final del paisaje
un caprichoso algarrobo
que trenza su tronco
en dolientes formas
dibujando en su corteza
las pupilas de un alucinante
sueño....
a.o.c. siempre
pinturas de Emil Nolde y foto de a.o.c.
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