Nadie olvida
esa casa primera
oníricamente definitiva
que conserva sus penumbras
y mantiene el secreto
de los cuerpos,
esa casa
lleva inscrito sus espacios
en el centro de mi alma,
donde mi infancia
es mucho más grande
que la realidad.
Me persigue
esa alegría única
que resulta de evocar
esas imágenes de intimidad protegida
que con el pulso de los años
se pegan con raíces y todo
a mis rincones
construidos de sombras impalpables.
AOC.2015
Gráfica: Roman Frances // Michal Orlowski // Xi Pan
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