viernes, 8 de mayo de 2015

Hilos quebradizos



Me enamoré de la cantarina idea del Rey de la Cabina de Luis María Pescetti, en algún momento pensé que yo era una Paloma, que cantaba su decepción y abandono poéticamente, graciosamente, pero la vejez le da a los acontecimientos irreales un sabor profundo a fracaso.
Nunca me he perdonado apañar entre costilla y corazón un sentimiento tan grande y sin asidero, tan mío y tan de nadie. En alguna parte leí sobres grandes amores por una puerta, por un muro de total piedra, gente que amorosamente hablaba y aceptaba esa condición de que no hay nada ahí al frente, solo un limite ficticio creado para no desbordar y caer a lo profundo del vacío. La lógica de los números no cabe en las canciones rotas. De hecho una canción entera no cabe en la métrica de mis sentimientos.
Sería bueno poder calcular cuantas de estas burbujas de que me alimento tienen que ver contigo. No puedo negar que en este largo transcurrir me he modificado y posiblemente, y en el fondo, nada tiene que ver contigo, es solo la cantidad de pasos que tengo que dar para constituirme, para ser yo a pesar de ti...

Es bueno que te sientas libre en tu torre de silencio...
Puedes doblarte y huir por el túnel de tu propio bolsillo...

 AOC.2015

http://www.fondodeculturaeconomica.com/subdirectorios_site/libros_electronicos/desde_la_imprenta/100726E/files/pescetti_cartas%20al%20rey%20de%20la%20cabina.pdf 



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