Sueños laberínticos
con su aire pesado
castigados con una ceguera profunda
de principio a fin,
ciego de los secretos
y misterios de las aves
que cotidianamente nos circundan,
ciegos de todos los ciclos
de vida y muerte,
del cielo y de la tierra.
Todo el universo
se encierra en una curva,
un núcleo, un germen
que dejamos de percibir
consumidos en el tráfico
que dedicamos a construir una vida
en una tierra conquistada,
llena de símbolos
y patrones ideológicos,
militantes férreos
de su propio arraigo.
Sólo van quedando
las ausentes personas
con sus abismos y alturas,
y sus imágenes dormidas
amontonadas junto a otras miles
como un reflejo pobre
de aguas negras...
AOC © 2017
Gráfica: Antonella Montes // Wang Niandong // Jenny Meilihove
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