domingo, 12 de agosto de 2018

Oblicuo



Perseguida
por una sed en el ojo
con su médula de caminos
y un hambre con sabor a cielo,
a leche derramada.

Sustancias extrañas
llevo metidas
en el surco de lo no dicho,
cargas milenarias,
civiles y feroces,
residuos de miedo
que marcan el fondo de ojo.

Finas partículas
perdidas en años,
donde las ultimas cosas
no hablan, no cruzan fronteras,
cargando en el fondo con ese futuro
de casa nocturna,
con ese mar que calla
justo en el limite de la boca
donde se consagra el anhelo
y sus circunstancias.

AOC.©.2018
Gráfica: Carmen Ortiz

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