Sobrevolando
este grosero mundo
sin idea central,
amorfo y deshuesado,
acumulando municiones
en este interminable círculo
de platas prestadas sin aval
al pillo de siempre.
Sólo queda acoplarse
a ese rincón
de las esperas
donde se puede digerir la ira,
donde uno termina
siendo parte de la roca.
La frágil linea
del equilibrio tambalea
en esa idea trashumante
de echar mano a lo ajeno
como pequeños hijos del hambre...
quien puede robar un huevo
roba un buey.
Antonia Obiol y Corcoll ® 2016
Gráfica: Pat Dumez //Niki Pilkington // Pat Dumez
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